Alexandra Rosas Ramírez, es una madre de familia trujillana de 24 años, que actualmente radica en Italia por motivos de trabajo, pero por motivo de vacaciones está de visita en el Perú.
Ella tiene un hijo de 1 año y 2 meses. En la entrevista que tuvimos con ella, nos cuenta que no tuvo muchas dificultades al tener al bebé, ya que si fue deseado y contó con el sostén de su familia en todo momento. Al comienzo ella reconoce que sintió miedo, porque es algo nuevo, es asumir un nuevo reto en su vida y pensaba que no se sentía capaz de ser una buena madre para su hijo, además de sentirse un poco extraña, ya que su organismo cambió tanto mental como también físicamente, así como sus hormonas. A diferencia de la mayoría de madres jóvenes que muchas veces no cuentan con el apoyo de su familia o una buena orientación sexual para poder hacer bien las cosas, por el contrario Alexandra tuvo un buen soporte económico y también recibió importante información durante su embarazo, ya que en el país donde habita el Estado brinda cursos gratuitos dirigido hacia todas las madres primerizas, donde concientizan y les explican que hacer y qué no hacer durante el pre y posparto para así poder desempeñar un buen trabajo y evitar tener complicaciones en caso exista una emergencia y un especialista o una ayuda no se encuentre cerca para resolver el problema que aqueja.
En la actualidad, Alexandra considera su vida un tanto desordenada, principalmente en su casa porque hay pañales de sobra, juguetes tirados por el piso, mamilas por todos lados, montones de ropa sucia y en varias ocasiones vómito en su ropa, juntándose con el trabajo y las demás responsabilidades de su hogar que se llevan la mayor parte de su día, quedándose casi sin tiempo para ella ; sin embargo, trata de sobrellevar todo de la mejor manera, aprendiendo algo nuevo cada día y tomándolo con calma, más que todo por el bienestar de su familia que es lo que más quiere en su vida. Ella piensa que todo es parte del proceso de aprender a ser madre, todas las mujeres pasan por eso y ella no es la excepción.
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